sábado, 21 de julio de 2007

THOMAS ALBA EDISON

(1847-1931) Inventor norteamericano, n. en Milan (Ohio) y m. en West Orange (N.J.). En sus estudios se acreditó de «tronera» y particularmente torpe para las matemáticas; pero ello no le arredró, ya que «siempre podría alquilar a algún matemático», como diría muchos años después, convertido ya en el «mago» de los inventos.

Su madre, sin embargo, le enseñó y guió en sus extensas lecturas. Antes de los 10 años, Thomas Alva Edison se hallaba absorbido en la de libros de ciencia, particularmente de química; en su «laboratorio», instalado en la despensa de la casa, repetía los experimentos descritos en los libros de texto.

Cuando sus investigaciones juveniles se hicieron más caras, Edison se procuró dinero vendiendo fruta, confituras y periódicos (llenos de noticias sobre la Guerra de Secesión) en los ferrocarriles de la compañía «Grand Truck» entre Port Huron y Detroit. Mientras esperaba el tren de regreso a Port Huron, leía libros de química y electricidad en la biblioteca pública de Detroit. Cuando no vendía en los andenes revistas y rosetas de maíz, hacía experimentos con productos químicos y baterías en el laboratorio que había improvisado en el furgón de equipajes.

Un pequeño incendio producido accidentalmente por su equipo provocó su despido. Fue por este tiempo, todavía en su temprana adolescencia, cuando ocurrió el suceso al que el propio Edison achacó la sordera que había de padecer toda su vida: fue izado a un tren en marcha por un guardafrenos que para ello le tuvo que agarrar de la cabeza.



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