PERSONAJES PRINCIPALES
- Bautista. Padre de Catalina y Blanca. Es un noble de Padua con bastante dinero.
- Catalina. Hija mayor de Bautista. Es guapa, muy inteligente y tiene mucho carácter. Siente devoción por fastidiar a los demás. Es un personaje que evoluciona de una forma exagerada, un cambio demasiado radical y en muy poco tiempo, como para que se le considere un personaje redondo. Es un personaje estereotipado, que tiene como función poner en relieve lo que quiere expresar el autor.
- Blanca. Hija menor de Bautista (y la favorita). Ella es guapísima, dulce y tiene compostura. Es pretendida por Lucencio, Hortensio y Gremio, y es el personaje central de la acción secundaria.
- Lucencio. Joven de Pisa que va a Padua a ampliar sus estudios cuando ve a Blanca y se enamora. Intentará enamorarla (no comprarla) y lo conseguirá. Para poder entrar a en casa se hará pasar por profesor de latín.
- Gremio. Personaje mayor y secundario. Posee una pequeña fortuna. Da juego a la acción secundaria.
- Hortensio. Amigo de Petrucho. Es el último pretendiente de Blanca y este también se hace pasar por maestro, de música en este caso. Al final acaba casándose con una viuda.
- Petrucho. Es el pretendiente de Catalina. Viene de Verona, donde acaba de morir su padre, quien le ha dejado una pequeña herencia y llega a Padua con la intención de ganar dinero. Personaje de carácter fuerte, es inteligente y muy bruto. Según lo que dicen, es el profesor de la escuela donde se doman furias.
- Tranio, Biondelo. Criados de Lucencio. Para que éste pueda entra en casa de Baustista se cambian de papel: Tranio pasará a ser Lucencio y Biondelo, Tranio.
- Vicencio. Padre de Lucencio. Es un hombre rico, que quiere mucho a su hijo.
- Grumio, Curtis. Son los criados de Petrucho. No demuestran mucha estima por su señor pero hacen todo lo que les dice. También colaborar en el maltrato psicológico de Catalina.
PUESTA EN ESCENA
ORIGEN DE LA OBRA
Mucho se ha escrito acerca del origen del argumento de la obra, aunque lo único en lo que la crítica autorizada parece estar de acuerdo es en el hecho de que el argumento principal no es original de Shakespeare. Lo cierto es que el esquema argumental básico de la obra se repite, con muy pequeñas variaciones, en multitud de textos de tradición oral o escrita diseminados por toda Europa, por Asia e incluso en la América precolombina. Uno de los más conocidos de entre esos textos es el cuento "Lo que sucedió a un mancebo que casó con una muchacha muy rebelde", número treinta y cinco de entre los incluidos en el famoso El conde Lucanor, de don Juan Manuel. No obstante, entre todos esos relatos y el texto de Shakespeare existen diferencias fundamentales, y no sólo en lo que concierne a su desenlace, que inducen a pensar que, si bien es muy probable que el dramaturgo isabelino conociera el argumento a partir de esa tradición, no se inspiró en ninguno de esos textos en concreto a la hora de componer su obra. Por lo demás, llama la atención el hecho de que, si bien los textos cuyo argumento se basa en la doma de una mujer bravía por parte de su marido son abundantes en la literatura europea previa a la publicación de La fierecilla domada (hacia 1590-1593), con la aparición de la obra de Shakespeare no se vuelve a publicar ninguna obra nueva en que éste sea el principal asunto de su argumento, de modo muy similar a como ocurrió con las novelas de caballería y el Don Quijote de Miguel de Cervantes.
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