En 1884 patentó una película transparente y flexible montada sobre un soporte de papel. Esta primera película comercial se enrollaba en un aparato montado en una cajita, a la que dio el nombre de «Kodak» y a la que comercializó al módico precio de 25 dólares. En una primera época las cámaras fotográficas tenían que enviarse a la empresa fabricante para su recarga; pero, con el desarrollo de una nueva película transparente en 1889, los aficionados podían hacer su propio revelado y la fotografía se convertía así en un pasatiempo popular.
A comienzos del s. XX había llegado Eastman a ser un gran industrial. Su empresa, organizada con el nombre de Eastman Kodak Company, y con sus oficinas centrales instaladas en Rochester, adquirió las firmas rivales estadounidenses e irrumpió en los mercados europeos.
Como filántropo, se hizo particularmente conocido por sus donativos a las instituciones docentes. Fue benefactor anónimo del Instituto de Tecnología de Massachusetts, retribuyó generosamente a la Universidad de Rochester y contribuyó a la fundación de la Escuela de Música Eastman. También ayudó a los institutos Hampton y Tuskegee y a numerosos dispensarios médicos y dentales en todo el mundo.
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